En mi primer trabajo, estaba todo el día, en la mañana era profesora de los niños de transición y en las tardes realizaba la asesoría de tareas de los niños que estaban en la tarde en el jardín, pero también ponía atención a los pocos bebes que teníamos.
Había un bebe, el más pequeño, era un mordelón de primeras, pero yo lo adoraba, conmigo era lo más tierno, aunque yo no era su profesora titular, por lo visto era su profesora preferida.
Cuando los niños se caían en el jardín par evitar el llanto y provocar más bien una situación cómica yo les decía “Huy, se emborrachó la policía”.
Un día ese hermoso mordelón se cayó, todas quedamos asustados por la caída, en verdad fue fuerte y ese bebe llamado Carlitos se levantó del piso tambaleando y me dijo “Bilana, se boachó a poichía”. Aún lo recuerdo y me da mucha risa
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