viernes, 30 de septiembre de 2011

“DIARIO DE LOS ESCRITORES DE LA LIBERTAD”

“Querido diario:
En quinto curso tuve una maestra que acostumbraba a llamarme holgazán delante de toda la clase. Siempre me escogía para leer delante de todos. Sabía que yo no era capaz de leer ni de hablar muy bien, y que cuando leo debo hacerlo muy lentamente. Todos se reían de mí y me trataban como a un tonto. Odiaba la escuela. Desde aquel año nunca he sido capaz de leer en voz alta y aún me asusta la idea de que la gente se ría de mí y me llame estúpido.”

Cómo docentes, tenemos el privilegio de dejar huellas imborrables en nuestros estudiantes, pero la verdadera cuestión  es, si estas huellas son positivas.
Avergonzar a nuestros niños no va a hacer que el conocimiento llega a ellos, lograremos el efecto contrario, sólo haremos que el resentimiento  llegue a sus corazones y desde luego, en vez de amor a la escuela y específicamente al hábito de leer, se convertirá en una gran tortura para ellos.
Cuando hacemos algo que odiamos, lo más probable es que no nos va a salir bien, el hecho de poder dejar esas marcas en nuestros estudiantes nos invita a que estas sean positivas. Enseñar a una persona en medio de resentimientos, lo único que puede provocar es una sociedad igual, llena de amarguras.
Ser maestro, más que un título o una profesión, debe ser una vocación; en nuestras manos, tenemos a muchas personas, que seguramente en un futuro cosecharán nuestras enseñanzas.
“Más que de dinero, una sociedad debe depender de educación y capacidad de entendimiento que como docentes generemos en cada persona que en algún momento de su vida dependa de nosotros”:

domingo, 25 de septiembre de 2011

Hasta dónde has llegado nuestra apatía, o tal vez, nuestra amargura, que no permitimos ya que nuestros niños imaginen cosas bellas y maravillosas. Con esta pequeña lectura mis estudiantes tuvieron tema para todo el día, cada uno lo leía mejor que el anterior, y cada vez tenían la oportunidad de entenderlo mejor, de cuestionase y de imaginar más, más y mucho más. Aproveché que esa misma semana teníamos una salida pedagógica para hablar de los caballos y de las cosas que  hacen, los relacionamos con el Pegaso que actúa en la película de Hércules.
Cuando vieron los caballos, nuevamente la historia volvió a sus mentes y comenzaron nuevamente a imaginar que pasaría si los caballos en verdad volaran y pudieran hacer esas cosas fantásticas de la lectura.
“La imaginación de los niños es capaz de volar en niveles insuperables, somos nosotros, los adultos, los que nos encargamos de opacar esa gran imaginación con nuestra simplicidad y amargura”.

EL CABALLO


-¿Qué tiene en el bolsillo?
Un Caballo.
-No es posible, niña tonta.
Tengo un caballo
que come hojas de menta
y bebe café.
-Embustera, tiene cero en conducta.Mi caballo canta
y toca el armonio
y baila boleros,
bundes y reggae.
-¿Se volvió loca?
Mi caballo galopa
dentro del bolsillo
de mi delantal
y salta en el prado
que brilla en la punta
de mis zapatos de colegio.
-Eso es algo descabellado.
Mi caballo es rojo,
azul o violeta,
es naranja, blanco o verde limón,
depende del paso del sol.
Posee unos ojos color de melón
y una cola larga
que termina en flor.
-Tiene cero en dibujo.
Mi caballo me ha dado mil alegrías,
ochenta nubes, un caracol,
un mapa, un barco, tres marineros,
dos mariposas y una ilusión.
-Tiene cero en aritmética.
Qué lástima y qué pena
que usted no vea
al caballo que tengo
dentro de mi bolsillo.
Y la niña sacó el caballo del bolsillo
de su delantal, montó en él
y se fue volando.

Escrito por Jairo Anibal Niño

LECTURA DE MARTHA FAJARDO

Definitivamente hemos dejado de lado a los niños en el momento de enseñarles a leer, los hemos enseñado a mecanizar, en primer lugar, y después, de que saben leer automáticamente, nos centramos en “meterle” en la cabecita una serie de contenidos como sinónimos-antónimos; palabras homófonas, verbos, sustantivos, que vuelven rápidamente la lectura compleja y aburrida, aclarando que esto lo hacemos en primer grado, cuando deberíamos estar enseñando el gusto por la lectura. Cabe aclarar que esto no lo hacemos muchas  veces por voluntad propia sino por los lineamientos que existen en la institución donde nos encontramos.
Pero también va en nosotros como docentes, ya que probablemente no podemos cambiar muchas cosas de políticas en las instituciones, ir involucrando el gusto por la lectura, como explica la gran autora Martha Fajardo en las funciones del maestro promover la lectura, después de dar el ejemplo, podemos iniciar en esos pequeñitos el gusto por la lectura.
Una gran oportunidad para esto, pienso, que sería leyendo “el Principito” de Saint Exupéry; primero es un libro con imágenes súper llamativas para los niños, segundo es fácil de comprender, los niños pueden dejar volar su imaginación  con este niño explorador de nuevos mundos; con cada personaje de cada planeta, es más, seguramente lo van a relacionar con algo o con alguien del suyo.
Pero esta, también es nuestra elección, nuestra vocación, depende de lo que queramos y del verdadero motivo por el que estamos acá. Seguramente si nos tocó se docentes, seguiremos al pie de la letra el pensum o el currículo de nuestra institución, pero si es algo que está dentro de nuestro ser, trataremos de hacer lo imposible para que esas personitas cambien el modo de ver el estudio, los profesores, las personas y el mundo.

domingo, 18 de septiembre de 2011

¿Cómo hacer para que los niños lean más?

Constantemente nos quejamos cómo padres, como docentes, como gobierno de que nuestros pequeñitos no leen, pero hacemos algo como adultos para que lean?
  • Si los niños ven el ejemplo, seguramente lo seguirán. Así que lee sin parar.
  • No los obligues a leer lo que tu quieras, ni a la hora que tú desees, dales su espacio, su tiempo y que sean ellos quien elijan que desean leer.
  • No coloque un tiempo determinado, si ellos quieren seguir, déjalos.
  • Si desean leer el mismo cuento 100 veces, síguelos, en el debe haber algo fascinante, tu no sabes si ese pequeño ya se convirtió en parte de esa historia.
  • Lee en voz alto, haz gestos, diferentes tipos de voz, dependiendo del acontecimiento, así el sabrá diferenciar situaciones.
  • Déjalo participar, es más la historia de él que la tuya.
  • Déjalo observar todas las veces que quieras las imágenes
  • Relata otras historias y deja que el te relate las suyas, es un buen método para compartir un espacio agradable.
MUCHAS VECES NUESTROS NIÑOS SON EL REFLEJO DE SUS PADRES Y MAESTROS, DEMOS EL BUEN EJEMPLO

“UMA VONTADE LOUCA”,

Ana Machado, nos despierta un poco sobre lo que es en verdad la lectura y cómo hacer para llegar verdaderamente a ella, convertirnos en verdaderos lectores, porque como esta gran autora no lo dice no se trata de una receta,  Se trata de un camino de ejemplo y curiosidad.
Es increíble, la manera en que actuamos los “maestros”; nuestras equivocaciones, nos salen caras frente a nuestros pequeños estudiantes, o por lo menos a los pequeñitos que en ocasiones tenemos a nuestro cargo. Aunque no pienso que actúe exactamente como lo plantea la autora, en muchas ocasiones si cometo los errores que ella nombra en su cuento “UMA VONTADE LOUCA”,
“Solemos tratar a nuestros alumnos como gansos: los cogemos por el pescuezo, los inmovilizamos y les hacemos tragar una gran cantidad de comida, tomando la precaución de no alimentarlos de verdad.
A veces los tratamos como vacas: nos sentamos a su lado, los acariciamos, pero sólo para ordeñarlos, para extraer de ellos lo que pueda ser útil a la producción del sistema”.
Es necesario reflexionar sobre lo que estamos haciendo como docentes y cuál es nuestro objetivo: ¿formar máquinas? O ¿formar personas?
Y nuevamente cito a Ana Machado con una frase para pensar.
“Imaginar que quien no lee puede hacer leer es tan absurdo como pensar que quien no sabe nadar puede convertirse en profesor de natación”.
“Maestro no es quien siempre enseña sino, quien de repente aprende”.

LECTURAS Y ESCRITURAS VIVIDAS

Muchas veces equivocamos nuestro sentido de “lectura”, o por lo menos yo hoy lo he sentido así, pensaba que leer, era lo que yo hacía y no era cierto; fue un gran error. Leer es mucho más que centrarse en determinado tipo de texto como o hacía yo, que juraba que me gustaba leer por el simple hecho de haber leído muchos textos de autoayuda; que no niego me han servido bastante pera mi vida emocional, pero hasta este momento he dejado de lado bellas lecturas, poemas.
Nunca me interesé en ellos, porqué pensaba que no tenían sentido, mi fuerte no es el romanticismo, o por lo menos, en la lectura, pero eso sé que lo puedo cambiar.
Quiero sentir la lectura como parte de mí, oler otro tipo de libros, tocar otro tipo de páginas, compartir otras conversaciones con otras personas que no sean de pedagogía o de autoestima, hoy sentí la necesidad de indagar en otros mundos, de sentir lo que sentían otras personas, dejarme impactar por otras lecturas. Novelas?, poemas?. No lo sé. Pero si de algo estoy segura es que ya comencé mi transformación. “Quiero aprender a ser una verdadera lectora”.